ara mateix estem amarrats a la Marina del Atlántico, molt a prop
d'on surten els ferris que van cap a altres illes:
Temps per fer
deures i revisar materials abans de dirigir-nos cap a Cabo Verde:
Tot i que dia rera dia arriben turistes a visitar aquesta illa, val a dir que els primers habitants coneguts d’aquí foren els Guanches, un poble prehispànic del que encara es conserven topònims, noms i restes històriques, i tot apunta que ignoraven l’art de la navegació.
No és d’estranyar
que en les primeres narracions històriques que es troben es denomina a Tenerife amb el nom de Nirvania, pel fet que en aquestes
latituds l’estampa d’una gran muntanya nevada, visible des de molts kilòmetres
havia d’impressionar moltíssim als
antics navegants.
A la mateixa ciutat podem trobar construccions prou característiques de la zona, com aquesta torre
de l’església de La Concepción data del
1500, i està molt vinculada amb la conquesta de Tenerife:Per anar a comprar productes frescos tenim aquest mercat, per cert molt peculiar per les seves olors a mil espècies:
La Biblioteca inaugurada no fa més de quatre anys ofereix un gran servei i s'hi pot trobar un grapat de recerques bibliogràfiques, com aquesta:
"Viajes y expediciones marítimas.
Una gran parte de la historia de las exploraciones ha estado
protagonizada por navegantes. Desde los míticos viajes de los fenicios por la
costa de África hasta las modernas expediciones científicas a bordo de
barcos-laboratorio como el Hespérides, los mares y océanos han sido el
escenario de miles de historias de descubrimiento, exploración, naufragios y
fracasos.
En el siglo XIV, los portugueses abrieron el camino para el
descubrimiento de los nuevos océanos y continentes, en su búsqueda de una ruta
directa de las Indias alternativa a la Ruta de la Seda por tierra. Enrique el
Navegante, Vasco de Gama o Pedro Álvares Cabral, entre otros, consiguieron
abrir nuevas rutas al comercio portugués y se anticiparon a la gran Era de los
descubrimientos que tendría como protagonistas casi absolutos a los españoles.
En los siglos XV y XVI se generalizó el uso de la brújula y
surgieron nuevos tipos de naves (carracas, carabelas, pinazas, saicas,
galeones) que permitieron hacer viajes cada vez más largos. Fue la época dorada
de los navegantes españoles: Cristóbal Colón, Juan de la Cosa, Juan Sebastián
Elcano, Álvaro de Mendaña, Váez de Torres, Urdaneta, Sarmiento de Gaboa,
Legazpi... son sólo algunos de los miles de protagonistas de la apasionante
historia de los descubrimientos geográficos por mar.
Todos ellos afrontaron la navegación oceánica con medios
precarios: no sabían determinar con
precisión la longitud, los cascos de madera de los barcos eran frágiles, la
alimentación y las condiciones a bordo eran completamente inadecuadas para
largas travesías. Pese a todo, aquellos hombres consiguieron ampliar enormemente el mundo conocido por los
europeos.
A principios del siglo XVI Núñez de Balboa descubrió un nuevo
océano, el Pacífico, que abrió nuevos retos a los navegantes: la vuelta al
mundo, que completarían Magallanes y Elcano, y la exploración de ese enorme
océano salpicado por miles de islas, que durante siglos se conocería como el
lago español.
El XVIII fue el siglo de los grandes marinos cartógrafos
ilustrados y de las expediciones científicas. Entre todas ellas destacaría la
expedición de Malaspina, un viaje científico y político alrededor del mundo (1788).
Este proyecto tiene actualmente su continuación en una nueva expedición
científica de circunnavegación que recibe el nombre de este marino, un proyecto
de investigación interdisciplinar que tiene como principales objetivos evaluar
el impacto del cambio global en el océano y explorar su biodiversidad.
La historia de la navegación está llena de éxitos, pero
también de naufragios y de historias trágicas. Como la del San Telmo, que desapareció
en el Cabo de Hornos el 2 de septiembre de 1819 y que permanece envuelto en la
leyenda, O Como la Odisea de Shakelton, una expedición fracasada que se
convirtió en una de las más asombrosas historias de la navegación en condiciones extremas y en un modelo de
liderazgo.
En el siglo XIX los avances técnicos en la navegación y la
aparición de los grandes buques permitieron que millones de personas viajaran
en barco. Dos innovaciones revolucionaron el diseño de los barcos: la
propulsión por vapor y la construcción con hierro. En 1860 los vapores de
cascos metálicos ganaros rápidamente terreno a los veleros de madera y los
barcos dejaron de ser un medio para el comercio y la exploración para transformarse
en un medio de transporte de masas. Fue la época dorada de los grandes
trasatlánticos con todo su glamour en las cubiertas superiores, mientras que en
las inferiores viajaban millones de emigrantes hacia América."
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